
En su primer discurso desde el despacho oval -un escenario reservado para grandes crisis dentro de la calculada coreografía de la Casa Blanca- el presidente de Estados Unidos planteó anoche lo más parecido a un ultimátum British Petroleum con la exigencia de financiar un multimillonario fondo especial para compensar "a los trabajadores y los dueños de negocios que han sido dañados como resultado de la irresponsabilidad de esa compañía".
Según ha especificado Obama, esa cuenta especial, con estimaciones que rondan los 20.000 millones de dólares, no será manejada directamente por la compañía petrolera que hasta ahora lleva gastados 1.600 millones de dólares en labores de contención y limpieza. De acuerdo al ocupante de la Casa Blanca, que hoy miércoles se reunirá con la plana mayor ejecutiva de British Petroleum, "con el fin de asegurarnos que todas las reclamaciones legítimas son pagadas de forma justa y puntual, esta cuenta será administrada por una tercera parte independiente".
Durante su esperada alocución, tras ocho semanas de tragedia ecológica, el presidente también ha ofrecido ciertas esperanzas sobre los avances para contener la fuga de crudo producto de siniestro de la plataforma "Deepwater Horizon". De acuerdo a este calendario de progresos, "en los próximos días y semanas" se logrará capturar hasta un 90 por ciento del petróleo lanzado a las aguas del Golfo de México. Y la fuga quedará totalmente controlada cuando British Petroleum perfore un pozo de alivio, trabajos que se completarán durante este verano.
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